El propietario del inmueble, que ya poseía un restaurante anteriormente pero permanecía inactivo, lo puso de nuevo en marcha para atender la demanda de la localidad y el aumento de visitantes. En él ofrece platos típicos de la zona a precios muy asequibles y con un trato personalizado. Se ha conseguido así ofrecer un servicio que no existía y que complementa al de la posada, un alojamiento de 8 habitaciones.