El proyecto, de naturaleza enoturística, consiste en la creación y desarrollo de una Enoteca que disponga de todo lo necesario para imprimir la identidad como bodega, potenciar las visitas, conocimiento del entorno y la comercialización de los vinos con mayor valor añadido.
Se ha creado un espacio diáfano, acorde con la identidad de la bodega, donde el visitante se encuentre cómodo y confortable, pueda degustar sus vinos y disponer de todos los elementos necesarios que influyan directamente en su conducta de compra.
La Enoteca está situada en la planta baja del edificio accesible para todos los públicos, con una puerta de entrada amplia que permite ver el interior de la tienda; todo ello complementado con mobiliario, luz y sonido acorde con el espacio.
Se ha creado un espacio único de tienda con una zona diferenciada para la cata de vinos, que define y proyecta lo que es la bodega y lo que hace: Tradición, experiencia e innovación. Sus raíces se hunden en el territorio a lo largo de generaciones; aquí es donde se halla el alma de San Cebrín, en la unión con un paraje que, a través del tiempo, que ha forjado a personas que aman y cuidan su hogar.